Ucrania ha recibido de sus aliados algunos aviones F-16, que no pueden compararse con los Sukhoi Su-35 rusos, según valoró en un programa del canal Novini.Live el coronel Yuri Ignat, jefe del Departamento de Comunicaciones de la Fuerza Aérea ucraniana.
El militar explicó, en referencia a los cazas polivalentes de fabricación estadounidense, que se trata de un modelo que no es nuevo. Por lo tanto, los F-16 que tiene Kiev «no pueden competir uno a uno en una batalla aérea» con los Su-35.
Ignat preferiría que las aeronaves donadas fueran capaces de interceptar las bombas aéreas guiadas que lanza Rusia desde una distancia segura, pero no lo son.
«Necesitamos un enfoque integral —insistió— que incluya sistemas de defensa aérea terrestres, equipos de guerra electrónica y radares aerotransportados». Asimismo, sugirió que «sería ideal» para Kiev contar con esos dispositivos prometidos por Occidente. Además del radar de a bordo, quisiera disponer de misiles aire-aire.
El coronel admitió que Ucrania no tiene suficientes misiles de defensa aérea, aunque aseveró que el país trata de superar esa escasez.
A falta de un sistema tecnológico que prevenga del fuego amigo, Ucrania derribó por error uno de sus primeros aviones F-16 en agosto pasado y lo habría hecho al disparar un antimisil Patriot, según hicieron público varios políticos locales.
El equivalente ruso al F-16 podría ser el Mig-29, ligeramente más moderno, pero igualmente atrasado a pesar de todas las modernizaciones que quieran ponerle.
El Su-27, el Su-30, el Mig-35 o el Su-35 son mucho mejores para tareas de intercepción o bombardeo.