En enero de 1986 Carlos Bunge Investigador del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México, publicaba en la revista Ciencias un largo análisis que tenía por título “La guerra de las galaxias”, el cual empezaba así: “El 23 de marzo de 1983, en un mensaje transmitido por la Red Nacional de Televisión de los Estados Unidos, el Presidente Ronald Reagan anunció su Iniciativa de Defensa Estratégica (IDE), la cual fue denominada por la prensa norteamericana como “Guerra de las Estrellas” o “Guerra de las Galaxias”. La Guerra de las Galaxias es el proyecto tecnológico más ambicioso de todos los tiempos. Sus objetivos son hacer las armas nucleares soviéticas impotentes y obsoletas. Sus metas son desarrollar e implementar un sistema anticoheteril para destruir misiles soviéticos inmediatamente después de su lanzamiento, y dos sistemas de interceptores de proyectiles: uno para actuar a distancias de miles de kilómetros cuando el cohete o las bombas siguen trayectorias más o menos identificables, y otro para operar justo por encima de ciudades sometidas a un ataque nuclear, cuando las ojivas agresoras y centenares de señuelos fueran cayendo a una velocidad de 8000 metros por segundo”.