Que el “responsable” de la política exterior del zombi europeo es un bocazas a nadie le sorprende. Pero siempre es interesante saber lo que dice porque pone de relieve la descomposición de Occidente y sus “valores”. Por ejemplo, Irán es malo porque reprime las protestas; Perú es bueno aunque reprime las protestas. Por decir uno, por supuesto.
Como Irán es malo, el zombi llamado Unión Europea ha vuelto a imponer sanciones a este país (lo reitero: las sanciones si no son impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU son ilegales, según el derecho internacional). Pero lo curioso es que se ha aplicado lo que se puede llamar “método Borrell”, es decir, se sanciona aquí, un poco allá, nada en la otra parte… A gusto del consumidor y de los intereses del zombi europeo.
¿Le preocupan de verdad los pretendidos derechos humanos al Occidente colectivo? Visto lo de Perú, y antes lo de Chile, y antes lo de Bolivia, y así, hay que decir que no, ni lo más mínimo. Lo que le preocupa es la pretendida asistencia iraní a Rusia en drones y otras cosas militares. Vivir para ver. El zombi europeo aplica sus ilegales sanciones, entre otras cosas, porque el gobierno iraní “ha impuesto restricciones en el acceso a internet y a bloqueado las plataformas de mensajería instantánea”. Vaya, curioso. Como si el zombi europeo (y el resto del Occidente colectivo, no hubiese hecho lo mismo con los canales rusos; con todos los canales rusos).
Por eso sanciona a la televisión pública iraní, por “vocero del régimen”. Como todas y cada una de las televisiones, públicas o privadas, del Occidente colectivo. Simples medios de propaganda.
Hasta ahí, lo de siempre. ¿Y el acuerdo nuclear? Eso es otra cosa, ahí está, muerto de asco (del asco que dan los europeos y los estadounidenses). Y el zombi es algo que no quiere ni tocar hasta que no se lo diga su patrón.
Lo que hay tras la enésima violación del derecho internacional por parte del Occidente colectivo (por eso solo habla de “orden basado en reglas”, su orden y sus reglas) es un acercamiento cada vez más evidente entre Irán y Rusia. Mejor dicho, algo más que un acercamiento: una estrecha colaboración.
Todos los occidentales, sin excepción, son un hatajo de mezquinos. Borrell no es más que uno de ellos. Pero quien se lleva la palma es Angela Merkel.
La historia de las revelaciones de la Merkel sobre los acuerdos de Minsk de 2015, diciendo que se firmaron para no cumplirse y sí para fortalecer militarmente a los neonazis ucranianos, es lo penúltimo (nunca hay un último en el decadente Occidente). Curiosamente no ha sido en Rusia donde más han escandalizado, sino en China. “Se destruye cualquier base de confianza”, ha sido lo más moderado. “Hipocresía pura”, lo más enojado. “Demuestra que los países occidentales, especialmente los EEUU, no cumplen en absoluto con las obligaciones de los tratados”, es lo más político.
Habrá que dar por bueno a Putin cuando definió al Occidente colectivo como “el imperio de las mentiras”. Porque es ingenuo pensar que haya personajes mejores y honestos en Occidente.
China lo está viendo. E India. Es tal la arrogancia y la mezquindad de los decrépitos occidentales que ellos mismos están cavando su tumba. En India se dice que hay “una crisis de confianza” con Occidente.
O sea, que todo lo que no es Occidente está hasta los pelos de Occidente. De los colonialistas occidentales. Porque de eso va toda esta historia, de las pretensiones culturales (y de “valores”) de superioridad que quieren seguir manteniendo. Como lo de que su ejército, o ejércitos, son lo más de lo más. Muy bien, a seguir adelante con la propaganda: Ucrania gana.
Se supone que hay que decir la verdad a la gente, un suponer, por supuesto. Por eso el discurso solo es uno, y mientras se censuran los medios iraníes argumentando lo de siempre, se censuran los rusos argumentando lo de ahora, o sea, que hay que evitar cualquier información que contradiga que Ucrania gana.
Y lo mismo con China. Son dispositivos mentales (es un decir, lo de mentales) de esta gente con afanes neocoloniales y superiores. De ahí su actitud fanática, hipócrita y mezquina, del que su actitud en el mundial de fútbol de Qatar es solo una muestra.
El Lince
