La semana pasada, el Banco Mundial publicó sus últimas Perspectivas Económicas Globales. Según el lobby oligárquico, nos estamos “estabilizando”… por no decir estancando. Solo el avance de BRICS como China o India (y también de Indonesia) ha evitado unas cifras de auténtica catástrofe. La inflación coyuntural motivada por la Covid se ha transformado en crónica, merced a una política de sanciones suicida por parte de fantoches como el jardinero Borrell. Este año será el tercero consecutivo de ralentización económica, algo agravado por un encarecimiento del crédito; esos tipos altos que, decían, frenarían la inflación.