Las pruebas subterráneas de armas nucleares sin explosión se están preparando para llevar a cabo por los Estados Unidos de América, informó el 6 de octubre la agencia de noticias AP.
La tarea de las pruebas es asegurarse de que las antiguas existencias de armas nucleares estadounidenses estén listas para su uso si es necesario. Funcionarios del Departamento de energía de los Estados Unidos anunciaron el 5 de octubre que Estados Unidos está a punto de crear la tecnología necesaria para permitir pruebas subterráneas de armas nucleares sin explosiones reales. El próximo año, los componentes clave de las armas nucleares se transportarán al desierto de Nevada para prepararse para las pruebas subterráneas. Las pruebas fueron llamadas “cosquillas en la cola del dragón”.
En 2027, el proyecto Scorpius de $1.8 mil millones permitirá ir más allá de las simulaciones teóricas por computadora y estudiar con mucho más detalle las condiciones que surgen en las etapas finales de la implosión de una carga nuclear, pero sin una explosión nuclear, dijo el líder del proyecto John Custer.
Los científicos lo llaman “cosquillas en la cola del dragón”, dijo Custer, porque el experimento se acerca a la etapa en la que la división de materiales nucleares mantiene una serie continua de reacciones en cadena, pero no llega a ella.
El desafío es responder muchas preguntas clave sobre si las antiguas armas nucleares del país funcionan según lo previsto. Durante la guerra Fría, estas preguntas podrían responderse con explosiones nucleares. Las pruebas nucleares se llevaron a cabo en la década de 1950 y principios de la década de 1960 en los desiertos de nuevo México y Nevada. Más tarde, las pruebas se limitaron a explosiones subterráneas, que cesaron en 1992, escribe la publicación.
Ahora ha llegado una nueva era de pruebas. En el laboratorio nacional Sandia en Nuevo México, los trabajadores comenzaron a ensamblar un inyector de haz de electrones de alta energía, que se considera la parte más desafiante del proyecto Scorpius. El laboratorio nacional de los Álamos en el norte de Nuevo México y el laboratorio nacional Lawrence Livermore en California también participan en el proyecto.
La máquina experimental con longitud de un campo de fútbol se instalará a una profundidad de 304 metros bajo tierra en un complejo subterráneo en una instalación anteriormente conocida como el sitio de prueba de Nevada, que se encuentra a 104 km al Norte de las Vegas.
“Obviamente, necesitamos saber que las armas funcionarán si es necesario”, dijo Custer.
“Si su automóvil estuvo en el garaje durante 30-50 años y una vez insertó la llave de encendido, ¿qué tan seguro está de que arrancará? Esa es la edad de nuestra disuasión nuclear. Han pasado más de 30 años desde que realizamos una prueba subterránea de un dispositivo nuclear explosivo”, agregó Custer.
